Lecciones de una Vida en Reflexión

Parecerá ridículo, pero yo soy dormilón por las mañanas y durante bastante rato no soy capaz de reaccionar. Por ejemplo, meto la cafetera al microondas y la leche directamente al fuego, con envase incluido. Sin embargo, supongo que por la responsabilidad, o mejor dicho, por el sentido de la misma durante los años de crianza de mis hijos, que abarca un período de 15 años, me levantaba como un resorte, tanto en los primeros años, cuando iban de cuna, como luego para llevarlos al cole, o más ya siendo adolescentes, a alguna fiesta o a horas más matinales. Esto último, en realidad, todo juveniles más que adolescentes, lo que extiende el período a 18 años.
Como ya he dicho al principio, parece baladí, pero tiene mucha importancia, para mí, que el amor y el sentido de la responsabilidad prevalezcan sobre la propia genética, que lo es todo.

A grandes rasgos, de nada, porque incluso las decisiones que hayan podido ser erróneas, siempre sirven para algo, aunque solo sea para acumular experiencias.
A pequeña «escala» sí hay un par de cosas que de alguna forma me persiguen:

  • Una vez que le di un cachete en el culo a mi hijo de 6 años, porque no quería ir a la cama por miedo.
    En realidad, el miedo es algo irracional en algún sentido, pero incontestable en cualquier caso, y más a esa edad.
  • Cuando se murió mi padre, no haber estado junto a él hasta el último suspiro. Estuve cogiendo la mano unas horas antes, y sin decirle una sola palabra, yo sabía que estaba muy asustado. Finalmente vino uno de mis hermanos y yo me fui, porque entrenaba un equipo de fútbol infantil, y ese día jugaban. Yo pensé que tardaría algunos días en fallecer.

En cualquier caso, y en ambas situaciones, me arrepiento o me avergüenzo de no haber sabido estar a la altura del momento. Parece ser que los seres humanos debemos ir aprendiendo a la misma velocidad que pasa el tiempo, y eso no es fácil para algunos. Para otros, en general, coincide con el género, parece más sencillo. Así es la vida.

Uf, consejo breve, que para mí yo tengo:
En fin.
Mucho amor, lo que te dice estar «IN LOVE» con las personas y las cosas que nos rodean.
Ser feliz con lo que se tiene y se es.
Empatizar con el resto, entender que mis miedos, ansias, anhelos, deseos y miserias son extensibles a todos los seres, cualquiera que sean sus características de raza, género, edad. Todas las personas de mayores edades sienten lo mismo; niños, adolescentes, jóvenes, maduros y seniors.
GENTE CON GENTE dice el refranero. 59 AÑOS